Ermita de San Valero

Ermita de San Valero


Sin duda uno de los más importantes de dichos hallazgos arqueológicos, son los restos del mausoleo romano que se construyó en el siglo I en Daimús, único de la provincia y el más antiguo de Aragón. Del mismo modo subsisten el pódium, el muro norte y parte del muro este. Sobre estos restos se edificó en época medieval la Ermita de San Valero, de conceptos románico-góticos, reformándose en 1699, esta ermita románica, realizada en piedra sillar, esta construida directamente sobre los citados restos del mausoleo romano, lo que le otorga una importancia añadida, tratándose además del único del que nos ha llegado algo en la provincia de Huesca.
La fecha de su edificación se remontaría al siglo I de nuestra Era, considerándolo como el más antiguo de Aragón. Del mismo, subsisten el pódium, el muro norte, y parte del muro este. En la prolongación del muro norte se encuentran, al nivel del suelo, dos fragmentos de arquitrabe con la decoración de listeles, pertenecientes al edificio original. En los años 80 del siglo XX, con ocasión del cubrimiento de la acequia que lleva agua a Velilla de Cinca, se hallaron un par de tambores de columna y dos capiteles muy desfigurados y que seguramente pertenecieron también al monumento romano. Igualmente se encontraron una vasija y un molino romano.

Muy importante era el retablo gótico existente en la ermita de San Valero y que desapareció en 1936. Fue pintado por Pedro García de Benabarre en 1480. Constaba de tres calles: la central, dedicada a San Valero, representado como un hombre mayor, con grandes barbas y la tez arrugada. Aparecía revisto con las capas episcopales, con un libro en la mano izquierda y la derecha en actitud de bendecir. Estaba acompañado por los diáconos aragoneses Vicente y Lorenzo, cada uno de ellos con los atributos de su martirio. Adornaban las calles laterales escenas de la vida del santo.